domingo, 10 de junio de 2012

Nomenclatura científica

Nombres vernáculos, comunes, populares y nomenclatura científica de árboles maderables de Loreto, Perú.


La nomenclatura de manera general norma mediante principios y reglas como asignar un nombre a un objeto, en el sentido biológico se refiere a las reglas que debe tener cuenta el investigador científico cual sea su interés al referirse a una especie, este debe emplear la nomenclatura binomial ya que tiene carácter convencional y goza de aceptación mundial, en el caso de las plantas, los árboles maderables no son la excepción, debe emplearse el Código Internacional de Nomenclatura Botánica.

¿Qué es especie?

Es el conjunto de individuos que presentan características morfológicas similares, las que son el reflejo de sus genes, demostrando fielmente las interrelaciones evolutivas, poseen la capacidad de reproducirse sexualmente para producir una descendencia viable, que en el caso de las plantas se realiza mediante la fecundación.
Es el rango básico de la clasificación botánica, está comprendida entre el género y la variedad o la subespecie, está constituida por el género, el epíteto específico y el autor, por ejemplo: Cedrela odorata L., Virola elongata (Benth.) Warb., Croton lechleri Müll. Arg., etc.



Foto 1: Himatanthus sucuuba "bellaco caspi"

¿Qué es nombre vulgar, común o popular?

Los nombres comunes son como nuestros nombres que se indican en el documento nacional de identidad, y como tal son independientes del concepto en sí mismo, así tenemos: Enrique, katihusca, Nino, Pedro, Josimar, Génesis, Beatriz, Clinton, Bryan, etc., todos estos nombres sin importar el apellido y sexo están referidas a la misma especie Homo sapiens, de manera similar ocurre en las plantas: Couma macrocarpa Barb. Rodr. es llamada popularmente “Leche caspi”, “Leche huayo” o “Perillo”, Ceiba pentandra (L.) Gaertn. es llamada popularmente “Lupuna”, “Lupuna blanca”, “Lopuna”, “Ceiba” o “Hiumba”, Cabralea canjerana (Vell.) Mart. es llamada popularmente “Canjerana”, “Cedro macho”, “Cedrón” o “Cedrillo”.
Nombre vulgar, común o popular son sinónimos ya que se tratan de localismos, es decir son nombres asignados por el hombre amazónico a las plantas para diferenciarlas por su uso, como alimentación, medicina, construcción de casas, etc., esta asignación no está basada en rigor científico, ya que se apoya solamente de una característica que pueda presentar la planta, por ejemplo el nombre “Chullachaqui” se refiere a algunos árboles que presentan raíz zanco, así “Chullachaqui caspi” Symphonia globulifera L.f. una Clusiaceae que presenta hojas opuestas y con látex verde fosforescente, “Chullachaqui caspi blanco” Pourouma acuminata Mart. ex Miq. y Hyeronima alchorneoides Allemão, Cecropiaceae y Euphorbiaceae respectivamente, ambas con hojas simples alternas, sin embargo la primera con tricomas simples y la segunda con escamas lepidotas, “Chullachaqui caspi colorado” Tovomita carinata Eyma, T. cephalostigma Vesque, T. krukovii A. C. Sm., T. laurina Planch. & Triana, T. speciosa Ducke, T. umbellata Benth. ex Engl., todas ellas pertenecen a la familia Clusiaceae con hojas opuestas y con látex, cuya diferenciación de especies está basada en la forma de la hoja, hojas pecioladas o sésiles, número de venas secundarias, características de las flores y del fruto, y Licania heteromorpha Benth. una Chrysobalanaceae de hojas simples y alternas, cabe indicar que en muchos casos un nombre común no corresponde exclusivamente a una sola especie.

¿Cuáles son las desventajas en el uso de nombres comunes?

1.    Carencia de universalidad, la asignación de un nombre común va ligado al uso de las distintas lenguas vernáculas, las especies que conocemos como “Cumala” en Loreto, en Cusco reciben el nombre de “Sacsa” y en Jaén el nombre de “Sangre de toro”, con seguridad en lengua Aguaruna y Witoto reciben otro nombre.
2.    El hombre amazónico a designado nombre común a las especies de flora que ha usado o que son dañinas, sin embargo no ha usado todas las especies, por tal motivo muchas especies no poseen nombre común. En las lauráceas, Ocotea gracilis (Meisn.) Mez  es un arbusto que  no tiene uso comercial por lo tanto no es asignado un nombre común, en cambio Ocotea aciphylla (Nees) Mez es un árbol empleado para madera aserrada que recibe el nombre de “Moena amarilla” o “Canela moena”.
3.    Falta de rigor en la identificación, en sentido inverso a la razón anterior, se aplica el mismo nombre común a distintas especies, y algunas veces a especies que pertenecen a diferente familia, “cumala blanca” es un nombre común asignado a dos especies de la familia Myristicaceae, Virola calophylla Warb. que crece en bosque primario de tierra firme y Virola elongata (Benth.) Warb. que crece en  planicie inundable y en bosque primario de tierra firme.
4.    Los nombres comunes no aportan información sobre las autenticas relaciones filogenéticas entre las plantas que denominan, los nombres comunes están asignados a especies de diferentes familias y en algunas oportunidades a familias ubicadas en diferente orden de la jerarquía taxonómica, por ejemplo el nombre “Aguano” aplicado a Swietenia macrophylla King llamada también “Caoba”, pertenece a la familia Meliaceae del orden Sapindales, en tanto que “Aguanillo”, también es asignado a Otoba parvifolia (Markgr.) A. H. Gentry otro tipo de “Cumala” de la familia Myristicaceae del orden Magnoliales, según el sistema de Cronquist (1981).
5.    La disminución de poblaciones naturales de algunas especies de alto valor económico por su madera como Swietenia macrophylla King “caoba”, entre otras está generando el uso de especies que antes no fueron consideradas de valor, por lo tanto el matero no las designaba un nombre, razón por la que no se encuentran registradas en publicaciones científicas dónde se hace referencia al nombre común que se asigna a la especie, en la conjugaron experiencia botánico y matero.
6.    En definitiva los nombres comunes no deben ser usados para comunicación científica, ni mucho menos para el manejo de especies forestales con fines de aprovechamiento sostenible, ya que no permite la denominación de todas las plantas.

¿Cómo asignar el nombre científico a un árbol maderable?

Recoger la asignación del nombre común y luego buscarlo en una lista de nombres científicos no es una práctica correcta, esto es un juego. Cuando un hijo (a) o familiar presenta infección estomacal, nos preocupamos y en nuestro afán de sanarlo acudimos al médico, este profesional solicita un análisis de laboratorio, el especialista del laboratorio solicita una muestra y la indica al paciente que vuelva dentro de un tiempo prudente, en ese tiempo el especialista del laboratorio empleará reactivos, claves de identificación y experiencia para indicar que especie de bacteria o parásito está causando la enfermedad del paciente, el resultado será presentado al médico y finalmente este profesional indicará la medicina correcta para el tratamiento del paciente, lo mismo debe suceder con las plantas.
Excluyendo las Briophytas (musgos) nuestro país posee aproximadamente 21 000 especies de flora (Brako y Zarucchi, 1993), en ellas 6350 especies son árboles (Pennington, Reynel y Daza, 2004), en las cercanías de Iquitos se registró 300 especies entre árboles y lianas mayor a 10 cm de DAP en 1 ha de bosque primario (Gentry, 1988). Frente a tanta diversidad, no resulta muy complicado determinar la familia y el género, sin embargo asignar un nombre científico a un árbol no es fácil, claro está, que existen muy pocas especies que pueden ser determinadas rapidamente, la determinación del nombre científico es un proceso que requiere tiempo, en ese sentido no existe persona en el mundo que sin realizar colecciones botánicas pueda determinar que nombre científico le corresponden a las especies arbóreas en un 1 ha de bosque amazónico.
El botánico para asignar el nombre científico a la muestra botánica emplea claves de identificación para familias y géneros (Gentry, 1996; Pennington, Reynel y Daza, 2004), y especies (Vásquez, 1997) que se encuentra en publicaciones especializadas y según el ámbito de la colección botánica, posteriormente es comparada con exsiccata en herbarios físicos como el Amazonense de la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana (AMAZ), San Marcos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (USM), La Molina de la Universidad Nacional Agraria la Molina (MOL) o herbarios virtuales como Base trópicos – MBG – USA  (www.tropicos.org), el Tropical Plant Guides – USA (http://fm2.fieldmuseum.org/plantguides/), The C.V. Starr Virtual Herbarium – USA (http://sciweb.nybg.org/science2/vii2.asp ), el Herbario Amazónico Colombiano COHA (http://www.sinchi.org.co/coleccionesbiologicas/), la Flora virtual de la selva – Costa Rica (http://www.ots.ac.cr/es/), entre otros.
Después de asignar correctamente el nombre científico a nuestros árboles podremos elaborar planes de manejo de especies de interés, así mismo trabajar con la regeneración natural, realizar estudios de fenología, de diversidad de árboles, de captura de carbono, germinación en vivero, etc., si actuamos de manera responsable, considerando lo indicado en este documento, podremos solucionar gran parte del problema.

Bibliografía

- Brako, L. & J. L. Zarucchi. 1993. Catálogo de las Angiospermas y Gimnospermas del Perú. Missouri Botanical Garden. Vol. 45. USA.
- Cronquist, a. 1981. An Integrated System of Classification of Flowering Plants. Columbia University Press.
- Font, Q. P.2007. Diccionario de Botánica. 2 da ed. Ed. Peninsula. Barcelona, España. 1244 p.
- Gentry, A. 1996. A Field Guide to the Families and Genera of Woody Plants of Nortwest South America (Colombia, Ecuador, Peru) with supplementary notes on herbaceous taxa. The University of Chicago Press & Conservacion Internacional. Chicago, USA. 895 p.
- Gentry, A.H. 1988. Changes in plant communidady diversity and floristic composition on environmental and -  geographical gradients. Ann. Missouri Bot. Gard., (75): 1-34.
- Izco, J. 1998. Botánica. Ed. McGraw Hill. 781 p.
- Pennington, T.D.; Reynel, C. & Daza, A. 2004. Illustrated guide to the Trees of Peru. Sherborne, England. 848 p.
- Vásquez, M. R. 1997. Flórula de las Reservas Biológicas de Iquitos. Monographs in Systematic Botany from Missouri    Botanical Garden, Volumen 63. Ed. Agustin Rudas Lleras & Charlotte M. Taylor. Missouri, USA. 1046 p.

Como citar este documento:
Ramírez, A.F.F. 2012. Nombres vernáculos, comunes, populares y nomenclatura científica de árboles maderables de Loreto, Perú.

1 comentario: