Nombres
vernáculos, comunes, populares y nomenclatura científica de árboles maderables
de Loreto, Perú.
La nomenclatura de manera general norma mediante principios y reglas
como asignar un nombre a un objeto, en el sentido biológico se refiere a las
reglas que debe tener cuenta el investigador científico cual sea su interés al
referirse a una especie, este debe emplear la nomenclatura binomial ya que
tiene carácter convencional y goza de aceptación mundial, en el caso de las
plantas, los árboles maderables no son la excepción, debe emplearse el Código Internacional de Nomenclatura
Botánica.
¿Qué es especie?
Es el conjunto de individuos que presentan características morfológicas
similares, las que son el reflejo de sus genes, demostrando fielmente las
interrelaciones evolutivas, poseen la capacidad de
reproducirse sexualmente para producir una descendencia viable, que en el caso de las plantas se realiza mediante la fecundación.
Es el rango básico de la clasificación
botánica, está comprendida entre
el género y la variedad o la subespecie, está constituida por el género, el
epíteto específico y el autor, por ejemplo: Cedrela
odorata L., Virola elongata (Benth.)
Warb., Croton lechleri Müll. Arg., etc.
Foto 1: Himatanthus sucuuba "bellaco caspi" |
¿Qué es nombre vulgar,
común o popular?
Los nombres comunes son como nuestros nombres que se indican en el documento
nacional de identidad, y como tal son independientes del concepto en sí mismo,
así tenemos: Enrique, katihusca, Nino, Pedro, Josimar, Génesis, Beatriz,
Clinton, Bryan, etc., todos estos nombres sin importar el apellido y sexo están
referidas a la misma especie Homo sapiens, de manera similar ocurre en las
plantas: Couma macrocarpa Barb. Rodr. es llamada popularmente “Leche caspi”, “Leche
huayo” o “Perillo”, Ceiba pentandra (L.) Gaertn. es llamada
popularmente “Lupuna”, “Lupuna blanca”, “Lopuna”, “Ceiba” o “Hiumba”, Cabralea canjerana (Vell.) Mart. es llamada popularmente “Canjerana”, “Cedro
macho”, “Cedrón” o “Cedrillo”.
Nombre vulgar, común o popular son sinónimos ya que se tratan de localismos,
es decir son nombres asignados por el hombre amazónico a las plantas para diferenciarlas
por su uso, como alimentación, medicina, construcción de casas, etc., esta
asignación no está basada en rigor científico, ya que se apoya solamente de una
característica que pueda presentar la planta, por ejemplo el nombre “Chullachaqui”
se refiere a algunos árboles que presentan raíz zanco, así “Chullachaqui caspi”
Symphonia globulifera L.f. una Clusiaceae que presenta hojas opuestas y con
látex verde fosforescente, “Chullachaqui caspi blanco” Pourouma acuminata Mart. ex Miq. y Hyeronima alchorneoides Allemão, Cecropiaceae y Euphorbiaceae
respectivamente, ambas con hojas simples alternas, sin embargo la primera con
tricomas simples y la segunda con escamas lepidotas, “Chullachaqui caspi colorado” Tovomita carinata Eyma, T. cephalostigma
Vesque, T. krukovii A. C. Sm., T. laurina Planch. & Triana, T. speciosa Ducke, T. umbellata Benth. ex Engl., todas ellas pertenecen a la familia
Clusiaceae con hojas opuestas y con látex, cuya diferenciación de especies está
basada en la forma de la hoja, hojas pecioladas o sésiles, número de venas
secundarias, características de las flores y del fruto, y Licania heteromorpha Benth.
una Chrysobalanaceae de hojas simples y alternas, cabe indicar que en muchos
casos un nombre común no corresponde exclusivamente a una sola especie.
¿Cuáles son las
desventajas en el uso de nombres comunes?
1.
Carencia de
universalidad, la asignación de un nombre común va ligado al uso de las
distintas lenguas vernáculas, las especies que conocemos como “Cumala” en Loreto,
en Cusco reciben el nombre de “Sacsa” y en Jaén el nombre de “Sangre de toro”,
con seguridad en lengua Aguaruna y Witoto reciben otro nombre.
2.
El hombre
amazónico a designado nombre común a las especies de flora que ha usado o que
son dañinas, sin embargo no ha usado todas las especies, por tal motivo muchas
especies no poseen nombre común. En las
lauráceas, Ocotea gracilis (Meisn.) Mez es un arbusto que no tiene uso comercial por lo tanto no es
asignado un nombre común, en cambio Ocotea
aciphylla (Nees) Mez es un árbol
empleado para madera aserrada que recibe el nombre de “Moena amarilla” o “Canela
moena”.
3.
Falta de rigor en la
identificación, en sentido inverso a la razón anterior, se aplica el mismo
nombre común a distintas especies, y algunas veces a especies que pertenecen a
diferente familia, “cumala blanca” es un nombre común asignado a dos especies de la familia Myristicaceae, Virola calophylla Warb. que crece en bosque primario de tierra firme y
Virola elongata (Benth.) Warb. que crece en planicie inundable y en bosque primario de
tierra firme.
4.
Los nombres comunes no
aportan información sobre las autenticas relaciones filogenéticas entre las
plantas que denominan, los nombres comunes están asignados a especies de
diferentes familias y en algunas oportunidades a familias ubicadas en diferente
orden de la jerarquía taxonómica, por ejemplo el nombre “Aguano” aplicado a Swietenia macrophylla King llamada también “Caoba”, pertenece a la familia
Meliaceae del orden Sapindales, en tanto que “Aguanillo”, también es asignado a
Otoba parvifolia (Markgr.)
A. H. Gentry otro tipo de “Cumala” de la familia Myristicaceae
del orden Magnoliales, según el sistema de Cronquist (1981).
5.
La disminución de
poblaciones naturales de algunas especies de alto valor económico por su madera
como Swietenia macrophylla King “caoba”, entre otras está generando el uso de
especies que antes no fueron consideradas de valor, por lo tanto el matero no
las designaba un nombre, razón por la que no se encuentran registradas en publicaciones
científicas dónde se hace referencia al nombre común que se asigna a la especie,
en la conjugaron experiencia botánico y matero.
6.
En definitiva los nombres comunes no deben ser usados para
comunicación científica, ni mucho menos para el manejo de especies forestales
con fines de aprovechamiento sostenible, ya que no permite la denominación de
todas las plantas.
¿Cómo asignar el
nombre científico a un árbol maderable?
Recoger la asignación del nombre común y
luego buscarlo en una lista de nombres científicos no es una práctica correcta,
esto es un juego. Cuando un hijo (a) o familiar presenta infección estomacal,
nos preocupamos y en nuestro afán de sanarlo acudimos al médico, este
profesional solicita un análisis de laboratorio, el especialista del laboratorio
solicita una muestra y la indica al paciente que vuelva dentro de un tiempo
prudente, en ese tiempo el especialista del laboratorio empleará reactivos,
claves de identificación y experiencia para indicar que especie de bacteria o
parásito está causando la enfermedad del paciente, el resultado será presentado
al médico y finalmente este profesional indicará la medicina correcta para el
tratamiento del paciente, lo mismo debe suceder con las plantas.
Excluyendo las Briophytas (musgos) nuestro
país posee aproximadamente 21 000 especies de flora (Brako y Zarucchi, 1993), en ellas 6350 especies son árboles
(Pennington, Reynel y Daza, 2004), en las cercanías de Iquitos
se registró 300 especies entre árboles y lianas mayor a 10 cm de DAP en 1 ha de
bosque primario (Gentry, 1988). Frente a tanta diversidad, no resulta muy
complicado determinar la familia y el género, sin embargo asignar un nombre
científico a un árbol no es fácil, claro está, que existen muy pocas especies
que pueden ser determinadas rapidamente, la determinación del nombre científico
es un proceso que requiere tiempo, en ese sentido no existe persona en el mundo
que sin realizar colecciones botánicas pueda determinar que nombre científico
le corresponden a las especies arbóreas en un 1 ha de bosque amazónico.
El botánico para asignar el nombre científico a la muestra botánica emplea
claves de identificación para familias y géneros (Gentry, 1996; Pennington, Reynel
y Daza, 2004), y especies (Vásquez, 1997) que se encuentra en publicaciones especializadas
y según el ámbito de la colección botánica, posteriormente es comparada con exsiccata en herbarios físicos como el
Amazonense de la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana (AMAZ), San Marcos
de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (USM), La Molina de la
Universidad Nacional Agraria la Molina (MOL) o herbarios virtuales como Base trópicos –
MBG – USA (www.tropicos.org), el Tropical Plant
Guides – USA (http://fm2.fieldmuseum.org/plantguides/), The C.V. Starr Virtual Herbarium – USA (http://sciweb.nybg.org/science2/vii2.asp
), el Herbario Amazónico Colombiano COHA (http://www.sinchi.org.co/coleccionesbiologicas/), la Flora virtual de la selva – Costa Rica (http://www.ots.ac.cr/es/), entre otros.
Después de asignar correctamente el nombre científico a nuestros árboles
podremos elaborar planes de manejo de especies de interés, así mismo trabajar
con la regeneración natural, realizar estudios de fenología, de diversidad de
árboles, de captura de carbono, germinación en vivero, etc., si actuamos de
manera responsable, considerando lo indicado en este documento, podremos
solucionar gran parte del problema.
Bibliografía
- Brako, L. & J. L. Zarucchi.
1993. Catálogo de las Angiospermas y Gimnospermas del Perú. Missouri Botanical
Garden. Vol. 45. USA.
- Cronquist, a. 1981. An Integrated System of
Classification of Flowering Plants. Columbia University Press.
- Font, Q. P.2007. Diccionario
de Botánica. 2 da ed. Ed. Peninsula. Barcelona, España. 1244 p.
- Gentry, A. 1996. A Field Guide to the Families and
Genera of Woody Plants of Nortwest South America (Colombia, Ecuador, Peru) with
supplementary notes on herbaceous taxa. The University of Chicago Press &
Conservacion Internacional. Chicago, USA. 895 p.
- Gentry, A.H. 1988. Changes in plant communidady
diversity and floristic composition on environmental and - geographical
gradients. Ann. Missouri Bot. Gard., (75): 1-34.
- Izco, J. 1998. Botánica. Ed. McGraw Hill. 781 p.
- Pennington, T.D.; Reynel, C. & Daza, A. 2004.
Illustrated guide to the Trees of Peru. Sherborne, England. 848 p.
- Vásquez, M. R. 1997. Flórula
de las Reservas Biológicas de Iquitos. Monographs in Systematic Botany from Missouri
Botanical Garden, Volumen 63. Ed. Agustin Rudas Lleras & Charlotte M.
Taylor. Missouri,
USA. 1046 p.
Como citar este documento:
Ramírez, A.F.F. 2012. Nombres vernáculos, comunes, populares y nomenclatura
científica de árboles maderables de Loreto, Perú.
realmente un gran aporte de su parte ING. Fredy Ramírez.
ResponderEliminargracias.